28 de abril de 2013

Melendi de promoción en Chile




Entrevista a Melendi: “Sabina y Serrat, ese es el espejo en el que yo siempre me quiero mirar”


“Sabina y Serrat, ese es el espejo en el que yo siempre me quiero mirar”
portada melendiMelendi es un cantautor de origen asturiano, quien con tan solo 34 años ya tiene seis álbumes editados y más de 1.200.000 copias vendidas. Hoy viene a Chile a presentar su último trabajo, titulado “Lagrimas desordenadas, el cual promete dejar a sus fans con más de un DO sostenido. Pero, ¿qué es lo que tiene este gran cantautor que ha cautivado a toda España y gran parte de Latinoamérica?
La respuesta es sencilla y se traduce simplemente al momento en que nos sentamos a conversar con él. Él es muy cálido, muy guapo (probablemente por eso tenga más fans mujeres) y por sobre todo, se nota que hay pasión tras las cuerdas de su guitarra y eso es lo que a veces distingue a un cantautor de vocación de un artista comercial.
Tome asiento, lea e imagínese cómo es que hablan las cuerdas de su guitarra a trav
és de todo lo que nos tiene que ofrecer Melendi.

MELENDI, CUÉNTAME, ¿CÓMO ES QUE NACE ESTA PASIÓN POR LAS LETRAS Y LAS CUERDAS?

Nace de muy pequeño, pero más que cantar, a mi medio por el instrumento que fue la guitarra. Como a los 11, 12 años. Tenía una guitarra en casa, así que aprendí de una manera autodidacta. No sabía lo que estaba tocando, tampoco sabía cuáles acordes eran y, bueno, después empecé a estudiarlos y ahora sé cuáles son.
Al principio era más intuitivo, pero a medida que fui progresando en esto; fui aprendiendo sobre la guitarra, el piano, etcétera.

¿POR QUÉ LA GUITARRA? ¿QUÉ ES LO QUE QUERÍAS LOGRAR?

Cuando empecé a tocar instrumentos, que fue a los doce años, nunca pensé en hacer un disco o hacerme famoso. Uno coge la guitarra a los 11 años cuando está lleno de complejos, frustraciones y miedos. Uno es adolescente y necesita un arma de destrucción masiva para cantarle a una chica y darle un beso. Yo creo que todos empiezan así. Obvio que después se convierte en algo terapéutico, tiene un efecto placebo y ahí viene el segundo paso, que es cuando la gente escucha las canciones y empieza a identificarse con ellas. Ahí dicen, “pues a mí me gusta”. Es importante que la gente se sienta identificada con lo que intento transmitir y es ahí cuando uno dice, “bueno, si te gusta a ti, probablemente le guste a más gente”.

Y TU FAMILIA, ¿SIEMPRE TE APOYÓ?

Tengo la suerte de tener una familia de mente muy abierta y siempre ha dejado que sus hijos hicieran las cosas que le llenan. No tardamos mucho en sacar el primer disco del cual se vendieron un millón de copias y eso, al final, le demuestra a mi familia que esto es lo que me llena y lo que al final de todo, me gusta.

¿QUIÉN LLEVA A MELENDI AL ESTRELLATO?

Pues es una historia muy curiosa, todo empieza desde que era muy pequeño, yo tenía 18 años y trabajaba en un bar de copas en España. Javier Valiños vino a hacerle una prueba a una persona que estaba ahí en el bar. Y cuando terminó de hacerle la prueba, me acerqué a él y me atreví a decirle que quería hacer la prueba y le dije, “aquí tengo unas canciones y si quieres te las canto”. Al final me escogió a mí. Fue curioso, porque yo nunca mandé ninguna maqueta a algún sitio y tampoco tenía los medios para hacerlo; así que fue “aquí te pillo, aquí te mato”, y había que aprovechar el momento.
Así que ya está, lo aproveché y aquí estamos.

¿QUÉ ARTISTA TE INSPIRA?

Musicalmente hablando Sabina y Serrat, ese es el espejo en el que yo siempre me quiero mirar, pero generacionalmente hablando no me toca. Aunque haya una gran distancia, ya que ellos tienen una carrera de 50 años y yo una de 13. Estoy en pañales. Esto es lo que me gusta, creo yo que no tengo una gran voz. Es más, tengo una voz chiquita, justa y necesaria para contar las historias que yo quiero contar o las denuncias que quiero contar.

TUVISTE UN PASO POR UN PROGRAMA DE TALENTO LLAMADO “LA VOZ”. ¿QUÉ TAL FUE LA EXPERIENCIA?

Es una experiencia arriesgada en un principio, porque cuando uno se mete en un programa de televisión siendo músico, pues como que se genera una especie de prejuicio en el cual se dice que uno pierde parte de su autenticidad. La gente tiende a creer que uno se dispersa, y eso a uno le produce miedo. Pero en verdad, no me arrepentí para nada. Llevo 15 años en la música, pero al final cualquier cosa que hagas durante 15 años con un mismo bucle –yo grabo y compongo todas mis canciones– se vuelve monótono, se acaba convirtiendo en un trabajo y ese es el problema de la música hoy en día. Hay profesiones que deben ser más vocacionales como la música, el periodismo y, bueno, la política.
Para eso me ayudó el programa “La Voz”. Ahí me di cuenta que se había convertido en un trabajo y eso era lo que no quería. Pero ahí volví a revivir todas las ilusiones de los chavales. Cómo la gente pelea por conseguir lo que uno ya tiene. Que se frustran, lloran, es terrible. Por lo que yo me volví a ver ahí, me vi reflejado y salí muy reforzado, queriendo hacer música que transmita lo que siento.

¿CUÁL ES TU HITO MÁS IMPORTANTE?

Tengo más de 20 discos de platino, que son 50 discos de oro. Al fin y al cabo, uno se acostumbra y, al final, no es lo más importante. Lo importante es que estoy intentando ser más consecuente. Tengo dos hijos y quiero que el día de mañana, cuando escuchen mis discos, vean que su padre ha crecido, que haya otra cosa, que el mensaje sea consecuente.

¿QUÉ TIENE TU DISCO QUE HACE QUE SEA DIFERENTE A LOS ANTERIORES?

Pues el sonido es muy diferente, alcanza una parte cúlmine de la cual espero no variar mucho más, y los discos que vengan vayan en la misma línea. Creo que este es el momento del artista y, por eso, como yo estoy estable, quiero que sigan siendo así mis discos; ya que así se podrá decir que yo también sigo estable y no me he vuelto loco. Pero, sin embargo, he pasado por épocas muy pesadas.
Hoy por hoy, quiero relajarme y disfrutar de la vida, no pelearme conmigo mismo. Soy superviviente de mí mismo y eso es peligroso para mí.

ACÁ EN CHILE TE CONOCEN, PERO NO LO SUFICIENTE COMO EN EL RESTO DE LATINOAMÉRICA. ¿QUÉ ES LO QUE CREES QUE TIENES PARA LLEGAR AL PÚBLICO CHILENO?

Yo creo que, como todo cantautor, tengo una propuesta que hay que escuchar en las letras. Lo que tengo son las letras, no una gran voz. A nadie le va a pasar que, cuando me escuche, se le vaya a poner la piel de gallina. Yo soy un cantautor y cuento mi punto de vista sobre las historias y sobre muchas cosas también. Creo que es verdad que hay gente que se siente muy identificada al escuchar las canciones, y yo lo que trato es seguir haciéndonos cómplices con la gente que engancha con mi música.

¿CONOCÍAS ALGO DE CHILE?

Nunca había venido y estoy encantado, por lo que espero que en junio pueda venir nuevamente. Hay una posibilidad de que venga a Chile a hacer un show.

¿QUÉ HARÁS ESTOS DÍAS EN SANTIAGO?

Vengo a promocionar mi disco, a que la gente me conozca y eso me haga volver a Chile lo más pronto posible.

¿HAS ESCUCHADO HABLAR DEL FESTIVAL DE VIÑA? ¿TE GUSTARÍA ESTAR SOBRE EL ESCENARIO DE LA QUINTA VERGARA?

Sí, bueno, he escuchado sobre el Festival de Viña. Pero me da mucho miedo estar sobre el escenario, he escuchado hablar sobre el monstruo y, sí, me da mucho miedo.
Pablo Alboran me contó que al principio da susto, pero después es increíble la experiencia en la que se transforma estar sobre ese escenario. Si llego, espero que no me abucheen mucho.

¿ALGÚN MENSAJE PARA LA GENTE QUE YA TE CONOCE?

Muchas gracias por la instancia, por el cariño que nos llegan a las redes sociales, a las radios, sé que las están sintiendo. Y así a nosotros se nos hace más fácil poder decir que nos traigan a Chile, ya que el público chileno es realmente encantador. Ojalá volver en junio para decir que tomé vino chileno.

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